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Dos hectáreas de bosque fueron devastadas en la cabecera de la quebrada Upianillo afluente de la Laguna Sauce

Alrededor de dos hectáreas de bosque han sido destruidas en el distrito de Sauce a través de la tala y quema. Este incidente ambiental se localizó específicamente en la cabecera de la quebrada Upianillo afluente de la Laguna Azul en el sector Angashiyacu.

Así lo informó Jared Fernando García Ruíz, vicepresidente del Frente de Defensa de los Intereses de Sauce (FREDEINSA), quien detalló que presuntamente fue perpetrado por agricultores que buscan ampliar su área de sembrío.

Sostuvo que entre los árboles talados figuran especies forestales como cedro pashaca, ubiamba, shimbillo colorado, ucayalino atadijo, shaina, yana bara, ingaína, pashaca, icoja entre otros, dejando tocones de 10 a 30 centímetros y fuste de 12 a 20 metros aproximadamente. “En este espacio la floresta ya se estaba regenerando y lo que es más talaron hasta la orilla de la quebrada sin respetar la franja marginal. Si matamos un árbol, matamos la casa de una centena de especies de plantas y animales silvestres”, resaltó.

Como Frente de Defensa de los Intereses de Sauce, estamos realizando la denuncia pública sobre este atentado ecológico y esperamos que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto como realizar la acusación a quien corresponda ante la Fiscalía Especializada del Medio Ambiente (FEMA), para que intervengan de manera decidida, declaró García Ruíz.

El vicepresidente del FREDEISA puntualizó que la población en general viene pasando por tiempos críticos con esta sequía que nos va agobiando por la falta de lluvias, por lo que es irreversible el daño que han causado en esta montaña. “La quebrada Upianillo es un ojo de agua muy importante para el desarrollo del lago de Sauce o laguna Azul y por ende el progreso del distrito”, sostuvo.

“La preocupación por esta situación se centra en la preservación de las quebradas afluentes del Lago Sauce que en la actualidad solo existen cinco (Upianillo, Ojos, Bihuahillo, Yacu Sisa y Pucayacu), cuya existencia es vital para el equilibrio ecológico de la zona.

Actualmente estos afluentes que llegan al cuerpo de agua han disminuido su caudal en las últimas décadas, repercutiendo en su capacidad de carga y oxigenación, clara señal que este gran ecosistema ha entrado en un proceso lento de “eutrofización” y de agonía, notándose por los espacios de aguas verdosas y mansas, con gran cantidad de plancton y bacterias nocivas que aflora, poniendo en riesgo y peligro la biodiversidad natural del lago.

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